Sabemos que, como mamá, uno de los desafíos más comunes de la rutina diaria es lograr que tu hijo coma todo el desayuno. A veces, por falta de tiempo, apetito o simple capricho, los pequeños pueden resistirse a terminar la comida más importante del día. Sin embargo, con algunos trucos simples y un poco de creatividad, puedes convertir el desayuno en un momento que tu hijo disfrute y aproveche al máximo.
No te preocupes, Santa Anita está aquí para ayudarte; a continuación, te compartimos varios consejos útiles que te ayudarán a lograr que tu hijo coma todo el desayuno y empiece el día lleno de energía.
1. Haz que el desayuno sea visualmente atractivo
Los niños responden muy bien a los estímulos visuales. Un desayuno colorido y bien presentado es más tentador que un plato monótono. Piensa en agregar frutas de colores brillantes como fresas, kiwis o arándanos, combinados con alimentos ricos en proteínas como los huevos. La clave es jugar con los colores y las formas. Por ejemplo, puedes hacer tortillas en forma de estrellas o preparar pancakes decorados con frutas creando figuras divertidas. Los alimentos que se ven bien no solo son más atractivos para los niños, sino que también pueden ayudar a que disfruten más la hora de comer.
2. Involucra a tu hijo en la preparación
A los niños les encanta sentirse incluidos y que se les dé cierto control sobre lo que comen. Involucrarlos en la preparación del desayuno no solo es una oportunidad de enseñarles sobre alimentos saludables, sino que también los motiva a querer probar lo que han ayudado a crear. Permite que te ayuden a batir los huevos, a elegir los ingredientes o a decorar los platos. Cuando los niños participan en la cocina, están más dispuestos a comer lo que prepararon.
3. Ellos lo ven todo, sé un buen ejemplo
Los niños aprenden principalmente observando. Si tú disfrutas de tu desayuno y muestras entusiasmo por los alimentos saludables, es probable que tu hijo siga tu ejemplo. Haz del desayuno un momento familiar compartido, donde todos se sientan juntos a comer y conversar. Este tiempo de calidad no solo ayudará a tu hijo a comer mejor, sino que también fortalecerá los lazos familiares.
4. No te emociones, haz pequeñas porciones
Sabemos que quieres darle lo mejor a tu hijo y que su alimentación sea lo más nutritiva posible, pero, a veces, los niños se sienten abrumados cuando ven un plato lleno de comida. Es mejor empezar con porciones más pequeñas y dejar que tu hijo pida más si tiene hambre. Ofrecer cantidades manejables puede hacer que tu hijo se sienta más cómodo y con más ganas de comer sin la presión de un gran plato frente a él.
5. Introduce opciones favoritas con un toque saludable
Para facilitar el proceso, combina los alimentos favoritos de tu hijo con opciones saludables. Si a tu hijo le encantan los pancakes, puedes usar la mezcla lista de Santa Anita Eggy para hacerlos más nutritivos y acompañarlos con un batido de frutas naturales o yogurt. También puedes agregar huevo revuelto, que es rico en proteínas y fácil de combinar con otros ingredientes.
6. Hazlo interactivo
Por último, el desayuno puede convertirse en un momento interactivo. Crear pequeñas dinámicas como contar cuántas frutas diferentes hay en el plato o hacer preguntas curiosas mientras comen puede ayudar a distraerlos de la tarea de “terminar el plato” y enfocarse en disfrutarlo.
Con estos consejos y mucha paciencia, verás cómo tu hijo comienza a comer su desayuno completo y disfruta cada mañana. ¡Recuerda que Santa Anita siempre te acompaña con productos frescos y saludables que hacen del desayuno una comida especial para toda la familia!